Ya tenemos de nuevo aquí la estación del año que nadie quiere porque nos confirma que se acabó el verano. Pero que todo el mundo espera en silencio para sacar de paseo las botas de agua, saltar en los charcos y cantar "singing in the rain" mirando antes a ambos lados para que no nos vea nadie. Oler a tierra húmeda, desayunar churros con chocolate sin sentirte tan mal, maldecir al tiempo por dejarte un look encrespado nada más salir de casa después de pelearte media hora con la plancha del pelo. Y pasar las tardes de domingo haciendo pasteles o viendo películas porque el tiempo está "raro" y no nos apetece hacer nada más que estar tumbados en el sofá, tapados con la manta.
Teníamos pensado dar la bienvenida a nuestro querido otoño pasando el domingo paseando y haciendo un picnic en un parque. Pero el sábado por la noche tuvimos cena en casa y la cosa se alargó bastante. Así que, entre que estábamos de "resaca" y que el tiempo no nos lo permitió porque llovía, decidimos dejar el plan para el próximo fin de semana que pudiéramos y nos quedamos en casa disfrutando de una buena sesión de cine y dándole mucho juego a la peque para que no se nos agobiara.
Aunque no me pude resistir y cuando la lluvia dio una tregua nos escapamos para buscar caracoles...
Solo encontramos uno. Suficiente para que Noa lo tocara, lanzara e incluso intentara comérselo. Y mientras tanto, yo disfrutaba redescubriendo la vida a través de sus ojos.
Besos y sed felices.
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